Reconozco que siempre he sido algo especial con las comidas. De pequeña sobreviví a base de huevos fritos y salchichas (prácticamente lo único a lo que no hacía ascos) y hasta pasados los veinte años no me animé a probar las gambas. Sigo sin que me gusten los moluscos ni los cefalópodos (me estoy reservando para cuando cumpla los cincuenta y celebrarlo con una mariscada), fruto de mi aprensión tanto a los bichos sin patas como con muchas patas.
Dicho esto, estaréis de acuerdo conmigo en que hay muchas recetas por ahí adelante que utilizan ingredientes extraños y en algún caso, hasta desagradables.
Por poner unos ejemplos:
- Semillas de chia: lo siento, pero a mí me recuerdan a huevos de mosca. Hay cierta manía a mezclarlas con yogur o leche y, en serio, no es una imagen atractiva.
- Coles de Bruselas: estas también entran en la segunda categoría. No es que sean más sanas, es que (como dice el chiste) mientras las comemos la existencia se nos hace muuuuy larga…
- Ruibarbo: ¿pero eso de verdad existe??
Y luego están los otros ingredientes, los de toda la vida: sencillos, conocidos y fiables.
Como el chocolate. O la vainilla. O la naranja.
O como estas madalenas, una maravillosa combinación de todos los anteriores, hechas sin trampa ni cartón:
Tengo cierta debilidad por las madalenas (es que «Helena» rima con «madalena»: soy así de tontuela) aunque no las probaba desde hace más años de los que soy capaz de recordar.
Tuve que tomar prestada una deliciosa receta de Xavier Barriga que comparte Ingrid en My Lovely Food.
Sustituí la canela por vainilla, incluí ralladura de piel de naranja y el chocolate se lo eché dentro, no fuera (aunque no es una mala idea, mmmm…)
Además las espolvoreé con almendra fileteada mojada en zumo de naranja (igual que en la receta de caracolas de hojaldre rellenas de chocolate)
El resultado es un madalena sensacional, con un intenso aroma a naranja y sorpresa interior.
En ocasiones no hace falta recurrir a experimentos: las recetas tradicionales son, con diferencia, la mejor opción.
Ingredientes (para 16 unidades):
Ingredientes para la masa:
* 3 huevos medianos
* 85 gr tagatosa (o 175 gr azúcar)
* 190 gr aceite de girasol
* 60 gr leche entera
* media cucharadita de esencia de vainilla (o el contenido de una vaina de vainilla)
* una pizca de sal
* 210 gr harina
* 5,5 gr (un sobre) levadura química de repostería
* ralladura de una naranja mediana
Resto de ingredientes:
* crema de cacao y avellanas (Nocilla o Nutella) u 8 onzas de chocolate para fundir partidas por la mitad (yo utilicé crema de cacao y avellanas con tagatosa de “Dambert Nutrition”)
* un puñado de almendras fileteadas
* zumo de naranja
* tagatosa o azúcar glas o cacao puro en polvo, para espolvorear (opcional)
Tenéis el vídeo musical de la receta en el canal de You Tube de Rico sin Azúcar.
Para un paso-a-paso fotográfico, tenéis las instrucciones a continuación.
En primer lugar tamizamos la harina con ayuda de un colador:
Incorporamos la levadura química y la ralladura de piel de naranja:
Reservamos.
En un recipiente grande batimos los huevos y el azúcar (o edulcorante) hasta obtener una crema bien espumosa (con varillas eléctricas llevará unos 6 minutos):
Agregamos el extracto de vainilla líquido (o el contenido de una vaina de vainilla natural):
Agregamos la leche, el aceite de girasol y una pizca de sal y continuamos batiendo:
Incorporamos la harina poco a poco, sin dejar de batir, hasta que la crema esté totalmente ligada y sin grumos:
Tapamos el recipiente con un plástico y lo refrigeramos durante 1 hora para que la crema repose:
Colocamos las cápsulas de papel en el interior de un molde para madalenas y las rellenamos con la crema hasta la mitad de su capacidad:
Colocamos en cada cápsula una cucharadita de Nocilla o media onza de chocolate:
Y cubrimos con el resto de crema.
Lo óptimo es cubrir las cápsulas hasta 3/4 partes de su capacidad:
Exprimimos la media naranja cuya cáscara hemos rallado y mezclamos el zumo con un puñado de almendras fileteadas (igual que hicimos para las caracolas de chocolate y naranja)
El zumo de naranja aporta un bonito color dorado y un sabor más interesante a las (a veces pelín insulsas) almendras.
Repartimos las almendras fileteadas sobre las madalenas:
Introducimos la bandeja en el horno, previamente calentado a 175ºC, a media altura, durante unos 15 minutos (ojo: cada horno es diferente) o hasta que estén bien doradas.
Hay que tener cuidado con este paso: si se hornean a excesiva temperatura, la masa se cocerá muy deprisa y no dará tiempo a que las madalenas suban y formen un bonito copete.
Una vez listas, las sacamos del horno y dejamos que se enfríen completamente.
Antes de servir podemos espolvorearlas con azúcar glas o cacao en polvo.
Gracias al relleno, se mantienen tiernas más tiempo del habitual (se pueden comer después de 3 días si las conservamos en un recipiente hermético)
Yo no soy de desayunos copiosos (recordad que ya no ejerzo como catadora de buffets), pero estas madalenas me tientan de una forma bastante irresistible…
Decidme la verdad: mirando estas bellezas, ¿a que el ruibarbo lo tiene un poco complicado?
Tiempo: 10 minutos (preparación) + 1 hora (refrigerado) + 15 minutos (horneado)
Dificultad: baja
Irrésistibles !
que lujo de madalenas,gracias por compartir
Me remite a tu blog Frabisa.
Cuales son las equivalencias entre 100 gr. de azúcar vs sucralin vs stevia vs tagatosa.
La tagatosa donde se consigue.
Estoy iniciándome en » sin azúcar » y no por gusto.
Gracias.
Hola Manuel,
Nunca he usado sucralín y no te puedo indicar la equivalencia.
Yo usaba un tercio de estevia y utilizo la mitad de tagatosa que de azúcar. La tagatosa sólo la encuentro en la web http://www.mercadiabet.com que me recomendó Paula. Ella también colabora en «El blog sin azúcar», por si quieres echarle un vistazo.
Saludos
Gracias.