¡Por fin! Cuando llegan las fresas es señal de ir sacudiéndose el agua del abrigo, pensar en cambiar la ropa del armario y empezar a guardar los calcetines gordos en el cajón (pero a mano, por si acaso…) Las fresas son una especie de despertador que anuncia la primavera y un delicioso anticipo de lo está por venir. Dentro de unas semanas llegarán las cerezas y más tarde toda una fantástica variedad de frutas de verano.
Mientras las esperamos, vayamos abriendo boca con esta tarta:
Tenia en mente una de esas tartas rústicas de manzana típicas de los dibujos animados (con sus pliegues en onda y siempre humeantes), y con esa idea prepare dos porciones de masa: una para la base y otra para cubrir el relleno de fresas y queso ricotta.
Para el relleno utilicé fresas maceradas en vinagre, que dan muy buen resultado en postres (echad un vistazo a estas pastitas de espelta y a esta tarta de mascarpone y limón)
¿Por qué usar fresas maceradas en lugar de añadirlas directamente crudas? pues porque son más tiernas, más dulces y mucho más jugosas. Dependiendo de lo maduras que estén, del tiempo de maceración y del tipo de queso que empleéis, añadid más o menos cantidad de azúcar. Como guía indico una cantidad aproximada de 50 a 100 gramos de azúcar: os recomiendo que empecéis por los 50 gramos, hagáis una cata y vayáis aumentando la cantidad a vuestro gusto.
Para acompañar las fresas elegí el ricotta porque es suave y muy poco ácido, en comparación con otros quesos en crema. Por supuesto, si no encontráis ricotta o no tenéis ganas de prepararlo, podéis utilizar el típico queso en terrina.
Preferí no añadir huevo (para que el relleno no perdiera ese bonito tono rosado) ni harina (para no aumentar la cantidad de hidratos de carbono de la receta), así es que al relleno le cuesta un poco más cuajarse. Cuando retiréis la tarta del horno, dejadla enfriar completamente para que el queso gane consistencia y os sea más fácil cortarla sin que se rompa.
Ingredientes para un molde redondo de 24cm:
Ingredientes para la masa:
* 400 gr harina
* 200 gr mantequilla fria
* 25 gr tagatosa (o 50 gr azúcar)
* 1 huevo mediano
* media vaina de vainilla natural
* una pizca de sal
* el peso del huevo en agua muy fria (55 gr, aprox)
* 1 huevo (para pintar)
Ingredientes para el relleno:
* 250 gr ricotta u otro queso en crema
* 650 gr fresas troceadas y maceradas con una cucharada sopera de vinagre balsámico de Módena y media cucharada sopera rasa de tagatosa (o una de azúcar)
* 25-50 gr tagatosa (o 50-100 gr azúcar), dependiendo de las fresas
* una cucharada de ralladura de piel de naranja
En primer lugar dejaremos preparadas las fresas. Lo ideal es dejarlas macerando en el azúcar (o tagatosa) y vinagre un mínimo de 24 horas. Cuanto más tiempo las dejéis, más jugo soltarán y más dulces quedarán.
Tenedlo en cuenta cuando endulcéis el relleno de queso.
A continuación prepararemos la masa.
Para ello, mezclaremos todos los ingredientes, excepto el agua, en el bol de la KA (o en un recipiente grande utilizando unas varillas eléctricas), hasta formar unas migas o unos grumos pequeños:
Agregamos la mitad del agua fría y volvemos a amasar. Si la masa sigue demasiado seca y suelta, agregamos el resto del agua:
La masa debe quedar bien ligada y compacta:
Dividimos la masa en dos mitades, las aplastamos hasta formar dos discos y los refrigeramos en la nevera, envueltos en plástico, durante unos 30 minutos:
Cuando la masa esté firme, retiramos una de las piezas (mantenemos la otra en la nevera para que no se caliente), la colocamos entre dos hojas de papel sulforizado y la estiramos con un rodillo hasta conseguir un disco circular del tamaño del molde (tened en cuenta la medida de la base y las paredes):
Engrasamos el interior del molde con aceite y cubrimos la base con papel sulforizado (para evitar que se raye al cortar la tarta)
Con cuidado, transferimos la masa al molde y la encajamos bien:
Introducimos el molde en la nevera para que la masa se enfríe.
Sacamos de la nevera la segunda porción de masa y la estiramos con el rodillo igual que hicimos con la primera, hasta obtener una plancha de unos 3mm de espesor.
Utilizando un cortapastas en forma de flor o estrella, cortamos figuras de la plancha:
Las colocamos sobre una fuente y las refrigeramos en la nevera.
Mientras tanto, terminamos de preparar el relleno:
Mezclamos las fresas con el queso, la ralladura de piel de naranja y el azúcar (o edulcorante) y hacemos una primera cata para corregir, si es necesario, el punto de azúcar.
Batimos todo bien con una espátula:
Retiramos el molde forrado de la nevera y vertemos el relleno:
Repartimos las figuritas de masa sobre el relleno, comenzando por la parte exterior en círculos concéntricos, montando ligeramente las piezas de masa unas sobre otras:
Por último, pintamos la superficie con huevo batido:
Introducimos la tarta en el horno, precalentado a 180º, un nivel por debajo de la media altura (para evitar que se tueste demasiado la superficie) y la horneamos unos 40 minutos o hasta que quede bien dorada.
La retiramos y la dejamos enfriar completamente antes de servirla.
Por exigencias del guión, tuve que cortar y fotografiar la tarta al poco de hacerla y aún estaba templada. Dejadla reposar unas cuantas horas y ganará consistencia.
La crema pastelera es un acompañamiento opcional pero altamente recomendable…
Si lo preferís, podéis acompañarla de una generosa bola de helado de vainilla.
El objetivo es dejar el plato limpio, lo que os garantizo que sucederá.
Espero que os guste.
Tiempo: 1 hora y media (preparación) 40 minutos (horneado)
Dificultad: media
Ya lo creo que me gusta!!!! Y además tiene una presentación preciosa, con esas flores superpuestas!!!
Besos
Gràcies Margarida!
És molt maca i més fàcil de fer del que sembla. La decoració dóna molt joc: per nadal es pot fer servir un talla-pastes en forma d’estel, per exemple 😉
Petons
Qué fotos tan preciosas, Helena, me rechifla esa luz , me parece mucho más hogareña que la luz del mes de julio. Y la tarta además de preciosa me parece riquísima, soy una fan de la ricotta y con fresas, no cabe más. biquiños
Gracias guapa 😉 El secreto se llama «tarjeta de grises» para corregir el balance de blancos (a buenas horas vengo a descubrirla…!!)
El ricotta es delicioso, lo malo es que siempre tengo que prepararlo porque no hay forma de encontrarlo en los supers (la última vez lo busqué en el Corte Inglés y tampoco)
++bicos
Qué maravilloso pastel, Helena. La masa quebrada me pierde, pero es que el relleno, la crema de ricotta y fresas, me parece super tentador. Es fácil imaginarse cómo ha de resultar en la boca, y deshacerse en ella. Como tentador el tener una porción delante y desear más y más.
Me ha encantado tu receta, y tal y como dices, teniendo de aquí a un par de meses las cerezas, imagino que la combinación ha de ser igualmente perfecta.
Preciosas fotos, por cierto, aunque no hace falta que lo diga 😉
Besos.