Hasta hace bien poco, si me hubierais dado a elegir entre un milhojas y un bollito de brioche relleno de crema pastelera, me hubiera lanzado sobre el bollito sin pensármelo dos veces.
Por suerte, la vida nos enseña lo equivocados que podemos estar…
Probad esta deliciosa tarta semi-helada de hojaldre y os convenceréis:
Al principio, lo de las milhojas no me parecía un gran invento. Lo que de verdad me atrajo de este postre fue esa ingente cantidad de crema (avainillada y bien espesa) derramándose por los bordes de la tarta….
Mmmmmm, como soñar despierta.
Aunque la preparación no es complicada, sí requiere tiempo. Primero hay que preparar la crema pastelera (no os recomiendo los sobrecitos de natillas en polvo para este postre), esperar a que enfríe, hornear las láminas de hojaldre, montar la tarta y congelarla hasta que gane suficiente consistencia.
Yo solamente utilicé dos piezas de hojaldre que rellené con crema, a modo de bocadillo, pero también se puede preparar un milhojas propiamente dicho, con sus capas alternas de hojaldre y crema pastelera.
Si además la decoráis con unos hilillos de chocolate caliente, tendréis mis bendiciones.
Ingredientes (para un molde de 21x21cm):
* 400 ml nata ligera (18% mg)
* 60 gr mantequilla
* 350 ml leche semi desnatada
* 75 gr tagatosa (o 150 gr azúcar)
* una pizca de vainilla natural
* 50 gr maizena
* 6 yemas de huevo
* 1 lámina de hojaldre redonda muy bien aprovechada o 2 láminas rectangulares
* tagatosa o azúcar glas (para espolvorear)
Comenzamos preparando la crema pastelera un día antes del que vayamos a montar la tarta.
Los ingredientes de esta crema son básicamente los mismos que los de la Copa fría de crema pastelera con frutas de verano, con la diferencia de que añaden mantequilla y nata líquida ligera. Si lo preferís, podéis obviar ambos ingredientes y quedaros con la versión clásica de la receta anterior.
En un cazo calentamos la nata, la mantequilla y la vainilla, mientras en otro recipiente a parte, batimos la leche, las yemas de huevo, la maizena y el azúcar (o tagatosa):
Cuando la nata esté caliente (sin que llegue a hervir), la retiramos del fuego, dejamos que se temple un par de minutos y vertemos la mezcla de yemas:
Devolvemos el cazo al fuego, a baja temperatura, y removemos la crema constantemente con unas varillas hasta que empiece a espesar:
Dejamos que se enfríe y cubrimos el cazo con plástico transparente en contacto con la crema para evitar que se forme una película en la superficie.
Reservamos.
A continuación preparamos las tapas de hojaldre.
Como soy una chica muy aprovechada que piensa mucho en el bolsillo (o sea, catalana), solamente utilicé una lámina de hojaldre redonda: la recorté según la medida del molde y uní los «retazos» sobrantes pasando el rodillo por encima. Así me bastó una sola lámina para hacer la 2 tapas.
Esta segunda lámina un poco «Frankenstein» la utilicé para la base de la tarta helada. De todas formas, las posibles imperfecciones de la masa no se van a notar al espolvorearla con azúcar glas:
Estiramos bien las láminas de hojaldre, hasta que nos queden bien finas.
Colocamos cada una de las láminas de hojaldre entre dos hojas de papel sulforizado y ponemos un peso del mismo tamaño encima (por ejemplo, la fuente donde después montaremos la tarta) para evitar que el hojaldre suba al hornearse.
Las horneamos a media altura y a 190ºC durante unos 10-15 minutos, o hasta que adquieran un tono dorado y estén crujientes.
Una vez se hayan enfriado, podemos montar la tarta.
Forramos el molde con plástico transparente, ajustando bien las esquinas y procurando que nos sobre bastante plástico por los bordes.
En la base del molde colocamos una de las láminas de hojaldre:
Vertemos toda la crema pastelera encima y la repartimos bien con una espátula:
Por último, tapamos la tarta con la otra lámina de hojaldre:
Tapamos la tarta con los extremos del plástico e introducimos la tarta en el congelador durante unas 6 horas.
Una vez adquiera la consistencia deseada, la sacamos, la espolvoreamos con azúcar glas y cortamos porciones (utilizando un cuchillo de sierra)
Podéis servirla totalmente helada o ligeramente cuajada, a vuestro gusto.
Si no sentís especial predilección por la crema pastelera (¡noooo! ¿¿en serio??), el hojaldre puede rellenarse de mousse de chocolate. La ventaja de la mousse es que se cuaja más fácilmente que la crema y podéis servir el milhojas sin necesidad de congelarlo (aunque personalmente, a mí el toque a lo tarta helada me gusta mucho)
Ahora sólo falta que la meteorología nos traiga un verano en condiciones para poder preparar esta tarta (y experimentar con todas sus prometedoras variantes) lo antes posible.
Que la disfrutéis.
Tiempo: 30 minutos (preparación) + 6 horas (refrigerado)
Dificultad: media
Qué rica. A mí me gusta la crema pero donde se ponga mousse de chocolate… 😉
Ahora, al leer tu receta, me he acordado que hace años varias personas me dijeron que la crema pastelera no se podía congelar… ¿te suena a ti eso? (Ya imagino que no porque la has congelado, jeje, pero, no sé, por si alguna vez lo habías oído. Ahora me ha picado la curiosidad).
¡Un besito!
Desde luego, lo de la mousse de chocolate es una vía que merece la pena explorar a fondo… 😀
Dudo que la crema pastelera no pueda congelarse porque los helados suelen prepararse con una base de custard (una crema de yemas de huevo y leche, como unas natillas espesas)
Quizá a lo que se refieren es a la formación de cristales de hielo. Yo congelé la tarta lo justo para que se pudiera cortar y no se desparramara la crema por todos lados, así es que no noté que perdiera su textura cremosa, ni que se hubiera cristalizado.
Besotes!
Se ve deliciosa! Y tus fotos son preciosas, como siempre!
Gràcies, maca! 😀
Petons
Waaaaooo que cosa tan rica! Me encanta la idea, sobre todo ahora con el calor que apetece este tipo de postres bien fresquitos.
Besos
Pero qué maravilla… Boquiabierta me has dejado, y eso que yo no soy de milhojas para nada, pero no sé si será porque como bien dices, tiene esa capa espesa de crema, o por ser semicongelada. Chapeau…
Maite
Podría comer crema pastelera a cucharadas, dentro de un bollo, sobre un hojaldre, helada o caliente si hace falta. Me rechifla!! Pero me gusta la casera mucho más que la que ponen en las pastelerías. Por tanto esta tarta que has preparado está consiguiendo que babee viendo las fotos y que mis tripas rujan como locas!
Besos
Ficou linda eu gosto muito de creme de pasteleiro e massa folhada.
Esta receita vai para a minha lista
bjs
¡Qué cosa más rica! y aunque fuera con azúcar me la comería igual ;). Y mira por donde que como no hay mal que por bien no venga, con este no verano que hace también por estos lares, igual me animo con tu tarta y hago hasta el hojaldre yo misma, eso sí, con crema pastelera, porque viendo esas fotazas es lo que me pide el cuerpo.
Besos
Cristina
Ostras, con hojaldre casero tiene que ser la repera! Estoy pensando en la posibilidad de una tarta bicolor con mousse de chocolate y crema pastelera…. (los remordimientos pueden esperar)
Besotes 😉
Nunca probé este tipo de tartas, y cuando leí lo de escoger entre un brioche y un milhojas congelado hubiera hecho como tú, el brioche de crema, pero leyendo y viendo como te ha quedado, esto hay que probarlo 😉
Besos.
Una delicia de tarta la que hoy nos presentas, me gustan las dos pero me quedo con la de crema Un beso