Es época de buñuelos (redonditos y grasientos), de torrijas crujientes, de pestiños, rosquillas, conejitos de chocolate (obligatorios en tartas, bizcochos, galletas y/o cupcakes) y de, por supuesto, Monas de Pascua emperifolladas.
Yo sigo sin entender la confusa relación entre huevos, conejos y monos. Parece que los conejos simbolizan la fertilidad (y si encima son de chocolate, que es un afrodisíaco, el mensaje está bastante claro) y los huevos representan la resurrección, pero todo se complica cuando añadimos las monas y El Padrino. Quizá debería volver a ver la película, a ver si lo pillo.
Pero hoy no traigo ningún dulce de Semana Santa, y la razón es muy simple: este año me ha cogido totalmente a contrapié. Básicamente, el calendario ha seguido su curso natural mientras yo miraba el paisaje… A lo tonto han ido pasando las semanas, ha llegado Abril y yo sin hacer los deberes (la excusa es bastante pobre, pero es la pura verdad)
Pero la propuesta de hoy no tiene nada que envidiar a buñuelos, torrijas ni pestiños, porque es bonita y deliciosa a partes iguales:
No creo que nadie eche de menos a los revoltosos conejillos cuando mencione los ingredientes de este (tremendo) bizcocho: mantequilla, mascarpone, mermelada y pistachos.
Es difícil no contentar a los incondicionales del dulce y el salado presentando algo así en la mesa.
La receta está tomada de este magazine alemán y sólo sustituí el glaseado de azúcar por mermelada de naranja. El resultado es espectacular y apabullante y sólo lleva poco más de 1 hora prepararlo.
Conejillos y compañía: echaos a temblar.
Ingredientes (para un molde rectangular de 25x11cm):
Ingredientes para el bizcocho:
* 125 gr mantequilla a temperatura ambiente
* 100 gr tagatosa (o 200 gr azúcar)
* 2 huevos medianos
* 1 limón mediano
* 150 gr mascarpone
* 200 gr harina
* 5 gr (una cucharadita) levadura química de repostería
Ingredientes para la cobertura:
* mermelada de naranja (yo utilicé mermelada de naranja y jenjibre de «St. Dalphour»)
* 100-125 gr pistachos (pesados con cáscara)