Caray, ya iba siendo hora.
Mi intención era publicar antes, pero me ha vencido la pereza (para qué inventar excusas del tipo «mi perro se comió los deberes»…)
Y es una pena, la verdad, porque tenía preparada una fantástica entrada sobre las vacaciones, el famoso síndrome pre y post (ampliamente documentados), además de una comparativa utilísima sobre buffets calientes de desayuno (que sin duda habría despertado un interés tan apasionado en las redes sociales que se habría convertido en viral a los cinco minutos)
Incluso mencionaba de pasada el reciente descubrimiento del planeta Próxima b en la estrella Próxima Centauri.
En serio, era una entrada brillante, jugosa, la mejor nunca vista en el blog. Tenía de todo: drama, comedia, intríngulis y hasta un poquito de acción.
Pero por desgracia, ahora nada de eso viene a cuento.
Septiembre ya voló y quién se acuerda de las vacaciones. Mi pálido e incipiente moreno senderista (que no playero), cubierto de arañazos y picaduras de mosquito, desapareció a la segunda mañana de sonar el despertador. E imagino que el vuestro también.
Así es que volvamos a empezar:
Buenos días.
He vuelto (no es una amenaza)
Por suerte para vosotros, no he venido sola: me traje este souvenir.
El souvenir nos lo sirvieron en la cena de un hotel y, en palabras de mi media naranja, fue «la mejor cena» de su vida (ya le vale…)
Diréis:
«Una sopa, pues vaya cosa».
Queridos lectores, cómo se nota que vuestros labios no han acariciado esta crema…
El ingrediente estrella es la vainilla y, sí (aunque suene a experimento de química), combinada con la coliflor crea uno de los sabores más deliciosos que he probado. No sabe exactamente a natillas ni a verdura, pero está a medio camino entre ambas cosas (yo diría que reúne lo mejor de ambas cosas)
La verdad es que la receta la sacamos a base de ensayo y tanteo, corrijiendo esto y aquello (una pizca más de sal, un poco de azúcar…), intentando reproducir el sabor, el color y la textura de la crema original. Y creo que nos acercamos mucho.
Si no os convencen las explicaciones, espero que os convenza su aspecto. Y cualquier cosa que incluya semillas de vainilla entre sus ingredientes no puede estar mala:
Os sigo viendo escépticos.
Esto me recuerda a las recetas de bizcocho de chocolate que incluyen calabacín. Lo sé, a mí tampoco me convencen, y pese a todo lo que leo, no me animo a probarlo…
No seáis como yo (¡ni de broma!) y preparad esta crema. No sólo es original y sorprendente. Es que encima es muy sencilla.
Espero, al menos, haber convencido a los más vagos…
Ingredientes:
* 400 gr floretes de coliflor (equivale a una coliflor pequeña pesada sin hojas ni tronco)
* 500 gr agua
* 250 gr nata líquida espesa (35% mg)
* 1 vaina de vainilla grande (de buena calidad)
* una pizca de sal (al gusto)
* una pizca de pimienta negra molida
* 1 yema de huevo
* ½ cucharadita de azúcar (opcional)
* ½ cucharadita de extracto de vainilla
En una cazuela hervimos durante 15 minutos los floretes de coliflor con el agua, la nata, la vaina de vainilla (cortada transversalmente para que suelte las semillas durante la cocción) y una pizca de sal:
Una vez haya hervido, la dejamos templar ligeramente, retiramos la vainilla (rebañad bien el interior de la vaina) y la trituramos con la batidora hasta obtener una crema bien fina y sin grumos:
Corregimos el punto de sal y pimienta, agregamos la yema de huevo (la yema aporta textura y color) y removemos bien:
Añadimos media cucharadita de extracto de vainilla (el extracto también ayuda a dar una nota de color a la crema, así es que es importante utilizarlo y utilizar uno bueno) y media cucharadita de azúcar (es opcional, pero termina de rematar la crema y le da esa nota ligeramente dulce que la hace tan sensacional):
No es recomendable servir la crema muy caliente (los matices de la vainilla se pierden o enrarecen) Es preferible dejarla reposar en la cazuela unos 15 minutos antes de tomarla para saborearla en su mejor momento:
Me encanta su textura cremosa, que recuerda a un ponche, y su suave aroma a vainilla.
El olor y sabor de la vainilla ha de ser bien patente, por eso indico en el paso-a-paso que es imprescindible utilizar extracto de vainilla líquido, además del contenido de una buena vaina. Os recomiendo probar la crema y rectificar el punto de sal y pimienta para dejarlo a vuestro gusto.
¿Y con qué acompañarla? Pues en el hotel en cuestión la sirvieron con un segundo plato de lucio a la parrilla, arroz y ensalada (que también arrancó sonoras ovaciones de mi media naranja) No soy especialista en lucios (tiro más por el salmón, ya lo sabéis), aunque cualquier pescado creo que le puede ir muy bien.
No seáis tímidos y hacedle un sitio en la mesa este otoño.
Seguro que os gustará.
Tiempo: 30 minutos
Dificultad: baja
Bienvenida, Helena!!! Como siempre me has arrancado una sonrisa y aunque lamento no haber tenido el placer de leer ese jugoso y divertido post de después de las vacaciones, el de hoy es todo un descubrimiento.
Yo me voy a fiar de tu pareja, apostaré por ese sabor tan novedoso de la vainilla en esa fina y delicada crema, ya te contaré, no consigo ni aproximar el sabor, pero hay que ir hacia adelante probando sabores nuevos.
bicos y bienvenida otra vez, me encanta que estés otra vez por aquí.
Bien hallados!! 😀
El sabor recuerda a unas natillas, y el matiz de la coliflor es muy suave. Corrije el punto de sal y pimienta a tu gusto: aquí se trata de catar y rectificar.
Biquiños!
Helena, me alegra mucho leerte de nuevo. Me haces pasar ratos muy entretenidos y divertidos con tus textos y ya me preguntaba yo dónde andarías. Me apena no poder leer esa entrada que comentas, porque nos has puesto los dientes largos. ¡Anda, que ya te vale! Pero a cambio nos regalas una receta sorprendentemente atractiva. Esto tiene que pirrarme, y prometo ponerla en mi mesa en uno de estos días de otoño cuando el frío demande a voces algo calentito para tomar nada más llegar a casa del trabajo.
Un beso.
Gracias Yolanda.
No hay que perder las buenas costumbres, y el blog se merece (os merecéis) que lo retome hipervitaminada y supermineralizada (por eso igual me ha llevado más de lo previsto cargar baterías)
Y si quieres saber del planeta Próxima b, te recomiendo el podcast astronómico «Radio Skylab» 😉
Besos!
Vaya descubrimiento esta receta: rápida y deliciosa. En vez de nata, usé leche evaporada, que es más ligera y el resultado fue muy muy bueno. Gracias.