Estos últimos cuatro días ha llegado (por fin) la primavera a Coruña. Empiezo a sospechar que cuando la Señorita Primavera empieza su gira mundial, Coruña es el último rincón del planeta donde se digna a poner el pie. Y no es que la acusemos de no hacer bien su trabajo cuando se publican titulares como éste en la prensa:
«Galicia disfrutará de cuatro días de sol por primera vez desde que se inició la primavera» (1)
No, querida, no estamos insinuando que, aunque la primavera oficialmente comenzó hace más de un mes, usted haya estado todo ese tiempo mano sobre mano…
Eso sí, han sido cuatro días (c-u-a-t-r-o) contados, porque al parecer la Señorita opina que hay que administrarnos las raciones de sol diarias con mucho cuidado, no sea que nos provoque una sobredosis fatal…
Pero somos gente agradecida, y cuando el clima se comporta, lo anunciamos a bombo y platillo con titulares del estilo:
«El tiempo seco y soleado aguantará en Galicia hasta el fin de semana»
¡Notición!
Para los no iniciados, «tiempo seco» es lo que en otros lugares (en todas partes, realmente) se conoce como «buen tiempo». Mientras en el resto del mundo «tiempo seco» equivale a pertinaz sequía, aquí nos referimos a un fin de semana sin lluvia.
Ojo, que «tiempo seco y soleado» tampoco garantiza temperaturas superiores a los 23º…
A lo que iba, que me lío:
Gracias a la primavera (esa escurridiza), nos podemos permitir recetones así:
Hace un par de semanas que ando detrás de esta dichosa tarta. Es muy fácil de hacer, pero yo soy bastante torpe y tuve que repetirla después de que la primera vez el relleno no se cuajara lo suficiente y al cortarla se desparramara toda la crema pastelera como si se tratara de un coulant…
De hecho, esta entrada tiene fotos de ambas recetas (además de torpezuela soy pelín perezosa)
Como a vosotros, sagaces lectores, no hay quien os meta gato por liebre, os animo a que encontréis las 8 diferencias (8 no hay, pero 1 y bastante evidente, sí)
Ahora que os tengo concentrados en las fotos y los detalles, fijaos en que de esta tarta fría sólo se hornea la base. La base consiste en una masa quebrada básicamente idéntica a la de una masa para rellenos salados.
Para este tipo de tartas bajas es necesario utilizar un molde de fondo desmontable y conviene hacer una cantidad suficiente de masa para no andar recortando y parcheando la base (que es exactamente lo que yo hice la segunda vez) Con la masa sobrante podéis preparar unas galletas y, como no es excesivamente dulce, os aconsejo cubrirlas con chocolate fundido.
Ale, una receta gratis por cuenta de la casa.
Una vez la masa está fría, se rellena con crema pastelera (a la que se le añade gelatina para darle más cuerpo) y se decora con fresas.
La ventaja de no hornear las fresas es que conservan su color y su lozanía.
Para un acabo totalmente profesional, se pincela con mermelada y… voilà!
Sé que vosotros sois bastante menos torpes que yo, así es que estoy segura de que os saldrá perfecta a la primera.
Aunque no os quiero quitar la excusa para degustarla dos, tres, o las veces que haga falta.
Ingredientes (para un molde rectangular de fondo desmontable de 35×13 cm):
Ingredientes para la masa:
* 240 gr harina
* 100 gr mantequilla fría
* 1 yema de huevo mediana
* 1 cucharada de ralladura de cáscara de limón
* 1 ½ cucharadita de tagatosa (o 3 cucharaditas de azúcar)
* una pizca de sal
* 3 a 5 cucharadas de agua muy fría
Ingredientes para la crema:
* 400 gr leche
* 3 yemas de huevo medianas
* una pizca de vainilla natural
* un trozo de cáscara de limón
* 50 gr tagatosa (o 100 gr azúcar)
* 3 cucharadas de Maizena
* 2 hojas y media de gelatina
Resto de ingredientes:
* un buen puñado de fresas (de tamaño mediano) maduras
* mermelada de melocotón o albaricoque (yo utilicé mermelada «Helios» Diet sin azúcar)
* media hoja de gelatina
Para preparar la crema pastelera seguimos estos pasos hasta obtener una crema bien ligada y fina:
Hidratamos y escurrimos las hojas de gelatina (según las indicaciones del fabricante):
Vertemos la crema sobre la gelatina y removemos bien hasta que se disuelva por completo:
Introducimos la crema en la nevera, durante un mínimo de 2 horas para que vaya ganando consistencia.
Mientras tanto, preparamos la masa.
Básicamente, los ingredientes de la masa son los mismos que los de una masa quebrada para un relleno salado, a los que añadimos un poco de azúcar (o edulcorante)
Esta masa no es excesivamente dulce, pero tened en cuenta que la crema pastelera y la fruta si lo son. Si aumentamos la cantidad de azúcar, corremos el riesgo de que todo el conjunto sea un poco empalagoso.
Mezclamos todos los ingredientes (excepto el agua) en un recipiente alto y los amasamos (con las manos o unas varillas) hasta obtener unos grumos toscos:
Agregamos las cucharadas de agua muy fría, de una en una, y esperamos a que la masa comience a compactarse. Normalmente, con 3 ó 4 cucharadas basta:
Yo utilizo una pala amasadora y no las manos, de modo que la masa suele mantenerse fría una vez amasada. Si amasáis con las manos es probable que comience a calentarse y necesitéis introducirla en la nevera unos minutos (con 20-30 minutos es suficiente) para continuar trabajando con ella.
Tanto si la refrigeráis como si no, la colocamos sobre dos hojas de papel de horno y las estiramos con ayuda de un rodillo hasta obtener una plancha rectangular de unos 3 mm de grosor:
Engrasamos el interior de un molde rectangular de base desmontable, transportamos la masa sobre una de las hojas de papel de horno y la volcamos sobre el molde:
Ajustamos bien los bordes contra las paredes del molde para que queden grabadas con el relieve y retiramos el papel con cuidado.
Recortamos los bordes sobrantes con un cuchillo o pasando el rodillo por encima del molde:
Introducimos la masa en la nevera durante unos 30 minutos para que esté bien dura y fría antes de meterla en el horno y que no pierda la forma.
La horneamos a 200º durante unos 16-18 minutos o hasta que esté bien dorada:
Yo esperé a que estuviera completamente fría antes de desmoldarla, pero es más seguro rellenarla y decorarla dentro del molde (siempre una vez que esté fría)
De hecho, eso es lo siguiente que hice.
Retiramos la crema pastelera de la nevera y comprobamos que tenga la consistencia deseada. Debe tener una textura similar a un flan o una mousse espesa y cuerpo suficiente para que no se desparrame cuando cortemos la tarta:
Rellenamos la masa con la crema y la extendemos bien:
Lavamos y cortamos las fresas, procurando que sean todas del mismo tamaño y estén bien maduras (¿hay algo peor que la fruta ácida??):
Calentamos una cucharada de mermelada y disolvemos media hoja de gelatina. La gelatina es opcional, pero encuentro que da un acabado más profesional al glaseado.
Pintamos la fruta con ayuda de un pincel:
Consejo: utilizad mermelada de melocotón o albaricoque porque su color se confunde con la crema pastelera. Si empleáis mermelada de fresa o de frutos rojos, teñirán la crema y el resultado será poco vistoso.
Introducimos la tarta en la nevera y dejamos que repose unas cuantas horas o toda la noche. Yo la dejé preparada el día anterior y sólo tuve que dar un ligero toque al glaseado antes de servirla.
Bonita y deliciosa.
Como sugerencia, puede acompañarse de una bola de helado de nata, limón o vainilla.
O de nata montada.
No diréis que no os doy (buenas) ideas…
Que la disfrutéis.
Buen provecho.
(1) Los titulares de prensa son reales y podéis consultarlos aquí y aquí.
Tiempo: 15 minutos (horneado de la masa) + 2 horas (refrigerado)
Dificultad: baja
Buenísima, Helena, súper sencilla y deliciosa como toda la repostería casera, me encanta. Enhorabuena, yo voy a hacer una con albaricoques, sino te la copiaba fijo.
bicos
Gracias Isa. ¡Esa versión con albaricoques promete!
Hablando de copiar, mira este artículo sobre el copyright de recetas:
http://feeds.weblogssl.com/~r/xataka2/~3/_zrn4470qDY/por-que-la-comida-nunca-tuvo-copyright-y-por-que-hay-quienes-estan-intentando-que-eso-cambie
+Bicos
A la segona tarta (on la crema està amb gelatina i per tant, està tallada) hi ha una tira menys de maduixes? 🙂 I si no és aquesta la diferència, diga´m quina és o no podré dormir…
M´encanten aquestes tartes que combinen crema i maduixa.
Una abraçada,
Jajajajajaja, perdona Sònia, però haig de riure. Potser he estat massa cruel llançant l’endevinalla de les 8 diferències. Has estat capaç de contar les maduixes i tot!! Si hi hagués premi, te l’emportaves, perquè, a sobre, tens RAÓ 😀
El cas és que aquesta no era la diferència a què em referia. Jo pensava en el bot de crema pastissera: en les primeres dues fotos està ple i en les altres està a la meitat…. 😉
De toda manera, ets un linx trobant goofs!
Una abraçada
oooh, es veritat, el pot de la crema!!! 🙂
petons
Hola Helena,
Nos regalas una receta y unas fotos espectaculares, se salen de mi pantalla!
Tengo los ingredientes en casa, y al releer, no encuentro por ningún lado como hacer la crema pastelera…, soy torpe y no encuentro el enlace?
Mil gracias de nuevo por tu dedicación y generosidad al compartir con todos nosotro@s tu esfuerzo.
Un abrazo
Disculpa Loreto, ¡qué empanada la mía!
Ya añadí el enlace a la crema pastelera 😉
Gracias por el aviso, guapa.
Seguro que te sale deliciosa. Ya me contarás, ¿ok?
Buen fin de semana,
Un besote