Este año estoy teniendo la rara sensación de que la Navidad no termina de llegar.
Quizá es porque cada vez las tiendas y comercios son más tacaños con la decoración (al menos, en la Coruña por donde yo me muevo) o porque seguimos atascados en una «primavera otoñal» que se resiste a marchar (y para los coruñeses, acostumbrados a las peculiaridades de la meteorología herculina, este impasse climático nos tiene muy despistados)
Precisamente ayer, el super de mi barrio se animó a pinchar música de villancicos (versiones orquestales al estilo Harry Connick Jr. muy pegadizas y bailonas) y la verdad es que el intento creó una pseudo-atmósfera navideña que (junto con el espumillón de la sección de verdulería) ayudaba a que las cajas de turrón, polvorones y mazapanes no parecieran ya tan fuera de lugar.
En fin, los más avispados lectores ya se habrán dado cuenta de que este monólogo de ascensor sobre el tiempo es una excusa para alargar la entradilla y crear una tensa expectación por la receta que os traigo hoy…
Porque la receta de hoy (redoble de tambores) es L.R.M.F.M.
O sea, «La Receta Más Fácil del Mundo».
En aras de una mejor compresión lectora, la llamaremos simplemente «bocaditos de almendra y naranja»:
Como dirían Tip y Coll, la tema no tiene más ciencia que agarrar un puñado de almendra, una naranja, mezclar, bolear y (voilà!), zampar.
La receta original es una variante de un dulce siciliano a base de naranja y azúcar, exclusivamente.
Ésta es menos laboriosa (nos saltamos el paso de poner en remojo la naranja 3 días) y me parece más sabrosa con el añadido de la almendra.
Vosotros (fieles lectores, además de avispados), ya sabréis de mi pasión por el mazapán.
Pues esta podría ser la receta definitiva: la más fácil, la más suculenta y la más presentable.
Y además (por si no fuera poco), no contiene huevo, lo que la convierte en receta apta para intolerantes, alérgicos o maniáticos.
Los ingredientes son almendra, naranja, azúcar y, para levantar el espíritu, un chorrito de licor (yo utilicé Cointreau, pero podéis usar Grand Marnier, otro licor de cítricos o incluso jerez o cava)
Dependiendo de lo goloso que sea vuestro paladar, y de lo madura y dulce que esté la naranja, podeís añadir más o menos azúcar, en la proporción que os indico. Yo empleé 200 gr azúcar (la mitad de tagatosa), y, en mi opinión, es el punto ideal.
Que nadie se arredre, que esto no es un panettone ni un tronco de Navidad. Si os fijáis bien, ni siquiera requiere horno.
Ya os lo digo: ¡¡es L.R.M.F.M!!
Ingredientes (para 30 unidades, aprox)
* 300 gr almendras crudas sin piel
* 85-100 gr tagatosa (o 175-200 gr azúcar)
* ralladura de piel de una naranja
* 5 cucharadas de zumo de naranja recién exprimido
* 1 cucharada de licor de naranja (yo utilicé Cointreau)
* tagatosa (o azúcar glas) para decorar
Empezamos moliendo las almendras crudas y sin piel (yo utilizo un molinillo de café) hasta obtener un polvillo fino:
Agregamos el azúcar, o edulcorante y lo removemos para que se reparta bien:
Lavamos una naranja de tamaño medio, rallamos la piel y la agregamos:
Exprimimos la naranja y añadimos 5 cucharadas de zumo:
Agregamos una cucharada de licor de naranja (por ejemplo, Cointreau), por eso de hacerlo más festivo…
Si preferís evitar el alcohol, sustituidlo por otra cucharada de zumo de naranja:
Con ayuda de una cuchara o una espátula, lo mezclamos todo bien:
Hasta que los ingredientes liguen y obtengamos una pasta compacta de mazapán:
Con las manos humedecidas en zumo de naranja, tomamos un trocito de masa y lo hacemos rodar entre las manos para formar una bolita del tamaño de una nuez pequeña (o una avellana gorda):
Rebozamos la bolita en azúcar:
Y para que quede más presentable, podemos colocarlas sobre moldes de papel pequeños (para trufas):
Y sin más pasos ni apenas esfuerzo, ya tenemos nuestros bocaditos de almendra y naranja, listos para llevar a la mesa.
Como toda masa de mazapán, ésta es delicadísima, pero al no tener cocción (como el mazapán propiamente dicho), es incluso más tierna y esponjosa.
Son unos bocaditos exquisitos, jugosos, que se deshacen en la boca.
Se conservan perfectamente a temperatura ambiente varios días (yo ni siquiera los he guardado en un recipiente). Con el paso del tiempo, se irán secando, pero al ser mazapán, eso hasta puede venirle bien, porque quedarán más duros y compactos.
Como toda buena receta, la podéis tunear a gusto. Si preferís aromatizar la almendra con café y licor café, sentíos libres para improvisar.
Ah, y a todo esto, felices fiestas 😉
Tiempo: 15 minutos (preparación)
Dificultad: baja
Tienen una pinta estupenda, con el sabor a naranjita… o sea, que son como un mazapán de naranja.
Por cierto, nunca te he dado las gracias por descubrirme la tagatosa, porque a ti fue a la primera persona que se la vi. Estoy encantada con ella, da un resultado estupendo. Pena que sea tan difícil de encontrar aún. Feliz Navidad sin azúcar, querida.
Me alegro que te gusten, Miriam. Creo que técnicamente no es «mazapán» porque no lleva huevo (yo siempre uso clara de huevo como aglutinante y la yema para pintarlos)
Pero ricos, lo están igual (o más!) 😉
¿Verdad que la tagatosa funciona bien? Es lo más parecido que he encontrado al azúcar. Yo ya me olvidé de la estevia… A mí me la recomendó Paula («Con las Zarpas en la Masa»), que colabora en el blog de recetas de Mercadiabet.
Sí, una pena que sea tan difícil de encontrar…
Que tengas una dulce dulce Navidad sin azúcar!
Besos
Madre mía, se ven deliciosos..me encanta tu blog y sobre todo lo de ‘rico sin azúcar’..no te voy a perder de vista 😉
Besos
Helenita mía, cada vez que vengo por aquí y encuentro mazapán {o algún primo} se me cae la baba… y además con esta receta tan pero que tan fácil, es para no perdérsela ni de broma!!
sabes que, como Myriam, conocí la tagatosa gracias a ti, y llegué a comprar un par de cajas que acabé tirando porque s0y tan maniática que al no encontrar mucha info al respecto, pues como que me atemoricé no vaya a ser algo raro jajaja {ya sé que me falta un tornillo, eh}. el caso es que veo que la usáis mucho y no sé si volveré a darle una oportunidad, porque gustarme me gustaba, no deja sabor residual y al ser menos calórica y con la #casiseguradiabetes que tendré como hija de diabéticos, pues debería irme acostumbrando. a mis padres no se las puedo comprar porque la proteina de la leche no les hace bien por otros motivos y el médico dijo nanai jejee
en fin, perdón por la parrafada
felices fiestas, mi niña, con buen tiempo casi mejor ¿no?