Ni cambio de hora ni cuentos. Vamos a ver, ¿no se suponía que íbamos a tener una hora (una valiosísima hora) de sueño más la noche del sábado al domingo? O eso imaginaba yo. El sábado me metí en la cama como de costumbre y puse el despertador como de costumbre, esperando levantarme fresca, lozana y rejuvenecida después de disfrutar de esa hora más (¡esa valiosísima hora más!) de reconfortante sueño.
Pero cuando sonó la alarma, me levanté con el mal despertar de siempre, las legañas de siempre y la sensación de que alguien me había birlado mi hora de sueño. Alguien se anduvo paseando por ahí el domingo fresco y lozano como una lechuga, con una hora extra de más en el bolsillo y una sonrisa de oreja a oreja tras un reparador y largo descanso. ¡MI descanso!
Pues que sepa el ladrón que le estoy buscando…
Pero como soy una profesional, en lugar de echarme a dormir la siesta, me fui (o me arrastré) hasta la cocina a preparar las galletas que os traigo hoy.
La receta original es del estupendo blog «La Tana del Coniglio» y sus preciosas intrecci al cacao e vaniglia.
Me encantó la idea de trenzar galletas con una masa de mantequilla y una masa de chocolate, pero en lugar de bastoncitos, les dí forma circular.
El resultado es más que bonito y no ha sido tan difícil. Varié ligeramente la receta para conseguir una masa más húmeda que fuera más fácil de trabajar, de modo que al doblarla no se rompiera.
Al final, esto se parece bastante a jugar con plastilina.
¿Las vemos?
Vamos:
Ingredientes (para 8 unidades):
* 250 gr harina
* 125 gr mantequilla
* 1 huevo mediano
* 55 gr tagatosa (o 110 gr azúcar)
* ½ cucharadita de canela molida
* ½ vaina de vainilla
* una cucharada rasa de cacao puro en polvo (yo utilicé cacao “Valor” desgrasado sin azúcar)
* ½ cucharadita de Nocilla o ½ onza de chocolate con leche (yo utilicé la crema de cacao y avellanas sin azúcar que venden aquí)
Para preparar la masa, mezclamos todos los ingredientes (excepto el cacao ni la crema de chocolate) en un recipiente:
Con ayuda de unas varillas o la pala de la amasadora, incorporamos bien los ingredientes hasta formar una bola compacta:
Volcamos la masa en la superficie de trabajo y utilizamos una báscula para dividirla en 2 mitades iguales:
Volvemos a colocar una de las mitades en el recipiente y la mezclamos con el cacao y la Nocilla (lo siento, yo nunca fui de Nutella):
Es importante añadir la media cucharadita de Nocilla a la masa de chocolate. Si sólo incorporamos el cacao en polvo a la masa, quedará demasiado seca y puede desgranarse al trabajarla para formar las cuerdas (tened en cuenta que vamos a hacer unas cuerdas más finas que las de la receta original, lo que requiere estirar más la masa)
Con la Nocilla mantenemos el equilibrio entre ingredientes húmedos y secos. Si no tenéis crema de cacao y avellanas a mano, podéis fundir media onza de chocolate con leche en el microondas.
Incorporamos los ingredientes utilizando de nuevo las varillas o la pala de la amasadora, hasta que todo el chocolate quede bien repartido:
Envolvemos ambas mitades con plástico transparente y las guardamos en la nevera durante 45 minutos.
Una vez frías (no es necesario que estén duras como piedras), retiramos una de las mitades y la divimos en 4 partes iguales:
Con cada una de las piezas formamos una bolita con las manos y la hacemos rodar sobre la superficie de la mesa hasta obtener una cuerda de 1cm de grosor, aproximadamente, y unos 40cm de largo:
Hacemos lo mismo con las otras 3 piezas, de modo que obtendremos 4 cuerdas de la misma longitud:
Reservamos.
Sacamos de la nevera la otra mitad de masa y repetimos la operación:
Así, obtendremos 8 cuerdas:
Ahora tomamos una cuerda de cada masa y, sujetando de un extremo con la mano, las enroscamos para formar un tirabuzón:
Para formarle forma circular, lo más fácil es ayudarse de un vaso o un cortapastas y enroscar la cuerda alrededor:
Cortamos el sobrante, comprobando que coincide con la mitad de la cuerda.
De cada cuerda vamos a obtener 2 coronas, de modo que buscad un cortapastas o un aro que encaje bien con el tamaño de vuestra cuerda (yo empleé un cortapastas redondo de 6cm diámetro):
Sellamos los extremos de la masa:
Repetimos la operación con la otra mitad de la cuerda:
Colocamos las coronas sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulforizado y las refrigeramos durante 1 hora para que queden bien firmes antes de hornearlas:
Introducimos la bandeja en el horno, previamente calentado a 180ºC, durante unos 12-15 minutos (ojo: ¡cada horno es diferente!) o hasta que estén doradas.
Las retiramos, las colocamos sobre una rejilla y dejamos que se enfríen.
Las galletas tienen esa textura deliciosa típica de las masas de mantequilla: es suave y delicada, se desgrana con facilidad y es (absolutamente) perfecta para acompañar un té, café o (si os atrevéis) un chocolate bien espeso.
La receta abre muchas e interesantes posibilidades: galletas tricolor o trenzados más complejos (ahí están los panes challah para inspirarse)
¿Y qué me decís de unas galletas bicolor en forma de bastoncitos de caramelo, para decorar el árbol de Navidad?
Tiempo: 15 minutos (preparación) + 45 minutos (refrigerado) + 12-15 minutos (horneado)
Dificultad: media
Que maravilla pasarse por tu blog…siempre me voy enamorada de todo
Bss
Gracias, Dolores! Es un placer tenerte por aquí 😉
++Besos