El otro día leí una entrevista a una conocida actriz que se jactaba de no tomar carne, grasas animales, cereales, patatas ni arroz y afirmaba alimentarse a base de huesos de aceituna, jugo de remolacha y moluscos de roca crudos. Gracias a eso (sonreía a la cámara), conseguía esa silueta de avispa y un cutis aterciopelado que ocultaba a la perfección toda huella de bisturí.
Pero el mérito, insistía (sin una pizca de rubor), era de la dieta, no de las horas de cirugía (ni de gimnasio, ni de masajes antiestrés, ni de los siete estratos de maquillaje o las 3 horas al día de siesta reparadora) Encima afirmaba, muy orgullosa, que sus hijos no han probado nunca un mendrugo de pan (faltaría más, semejante veneno)
Me entraron unas ganas terribles de llamar a Servicios Sociales y de plantarle bajo la nariz una bandeja de olorosos lángos, bien calientes, jugosos y grasientos.
Y sobre todo bien buenos:
El lángos es un pan frito preparado con harina, huevos y patata cocida. Es tan sabroso y contundente como aparenta, y con unas lonchas de queso y jamón arregla una cena.
Por lo que he leído, su origen es húngaro y lo propio es acompañarlo de crema agria (una salsa de nata cortada con limón), aunque también se sirve espolvoreado con queso rallado o con azúcar.
Lo de la crema agria me parecía claramente mejorable (seguramente es parte de la dieta de nuestra amiga la actriz), así es que opté por otra salsa para acompañar, de nombre mucho más apetitoso y más impronunciable: tzatziki, a base de yogur y pepino.
La salsa es más sencilla de preparar que el lángos (un poco más laborioso), pero el esfuerzo merece la pena y ambos combinan a la perfección.
Ingredientes:
Ingredientes para los lángos (para 6 piezas):
* 350 gr harina
* 150 gr patatas
* 11 gr levadura seca de panadería
* 2 huevos medianos
* 5 gr azúcar (opcional)
* 8 gr sal
* 70 gr agua tibia
* aceite de girasol (para freír)
Ingredientes para la salsa tzatziki:
* medio pepino pequeño
* 250 gr yogur griego natural
* 1 diente de ajo
* 4 hojas de menta fresca
* 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
* 1 cucharada de vinagre de vino blanco (o de limón)
* una pizca de sal
En primer lugar preparamos la masa de los lángos. Es un pan que necesita un mínimo de 4 horas de fermentación, de modo que lo ideal es comenzar a prepararlo bien temprano por la mañana (si queremos tenerlo listo a la hora de almorzar) o el día antes, y dejar que repose toda la noche.
Previamente herviremos las patatas en agua (con piel y sin sal) hasta que estén bien tiernas.
Una vez templadas, las pelamos y machacamos con un tenedor.
No es necesario que quede completamente triturada como un puré. Si os queda algún tropezón o grumo pequeño, después al freír la masa notaréis el sabor de la patata de un modo más pronunciado:
En un recipiente grande mezclamos la patata trinchada con el resto de ingredientes y agregamos el agua tibia:
Utilizando unas varillas eléctricas o el garfio de la KA (o con las manos enguantadas), mezclamos bien hasta que la masa se despegue de las paredes, quede bien compactada y ligeramente húmeda y pegajosa:
La tapamos y dejamos reposar 15 minutos.
Volcamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y, con ayuda de una rasqueta (imprescindible: si se trabaja con las manos se os pegará a los dedos de un modo muy asqueroso), la plegamos sobre sí misma un par de veces y formamos una bola:
La masa seguirá siendo pegajosa, pero si se toca con las manos levente enharinadas y de forma rápida (sin manosearla demasiado), comprobaréis que se puede trabajar con ella sin que se quede enganchada a los dedos.
Transferimos la masa a un recipiente limpio, lo tapamos con plástico transparente y dejamos que fermente 4 horas a temperatura ambiente.
Yo la guardé en la nevera toda la noche y al día siguiente la retiré y dejé que se templara de nuevo un par de horas, antes de continuar trabajando con ella.
Mientras tenemos la masa fermentando, podemos preparar la salsa tzatziki.
Cortamos medio pepino pequeño, lo pelamos, lo rallamos y lo apretamos con un colador para eliminar todo el líquido:
Lo mezclamos con el yogur griego:
Agregamos el diente de ajo pelado y rallado:
Agregamos las hojas de menta picadas bien finas:
Y la cucharada de aceite de oliva, el vinagre blanco (o limón) y una pizca de sal:
Lo mezclamos todo bien y dejamos que se enfríe en la nevera 30 minutos antes de servirla:
Tras 4 horas a temperatura ambiente (o toda la noche en la nevera) nuestra masa ya habrá fermentado y doblado su volumen:
Espolvoreamos la superficie de trabajo con harina y, utilizando de nuevo la rasqueta, tomamos porciones de masa de unos 115 gramos. Las enharinamos muy ligeramente y las aplastamos con la palma de la mano:
Con ayuda de un rodillo enharinado, estiramos las porciones de masa, sin apretar y formando un óvalo de unos 20 cm de largo y medio dedo de grosor:
Si la masa se engancha a la mesa, despegadla utilizando la rasqueta y manipuladla con la manos ligeramente enharinadas.
Por último, freímos las porciones en aceite caliente, un par de minutos por cada lado, hasta que estén bien doradas:
A medida que las vayamos retirando de la sartén, las colocaremos entre hojas de papel de cocina para que absorban el exceso de aceite.
Os aconsejo tomar el pan recién hecho y aún caliente. Si no, se puede calentar de nuevo en el horno a 70ºC unos diez minutos.
Y, por supuesto, degustarlo con unas cucharadas de salsa tzatziki.
No os olvidéis de la versión dulce, espolvoreado con azúcar (o tagatosa) y canela en polvo:
Espero que os guste.
Salsa tzatziki:
Tiempo: 5 minutos (preparación)
Dificultad: baja
Lángos:
Tiempo: 4 horas 30 minutos (preparación)
Dificultad: media
Uy, uy,uy, esto si es un vicio de muerte lenta, lo prometo!!! Que ricura, los pienso hacer para este viernes…un abrazo enorme preciosa!!
Hola Helena! Pedazo de web tienes, me encantan todas las recetas que estoy viendo!
Tengo una pregunta acerca de esta receta: en vez de freir, el pan se podría cocinar en el horno? Tiene una pinta exquisita, pero lo de freirlo supone un alimento de calorías que no puedo permitirme 😀
Saludos!
Gracias Ángel 😉
Imagino que el langos se puede hornear, aunque no lo he probado y no sé si quedará tan sabroso. La verdad es que la gracia de este pan es freírlo para que la patata coja todo el sabor del aceite.
De todas formas, pruébalo y me dices, vale?
Un abrazo