El otro día me puse a pensar (dicen que es bueno de vez en cuando) y me di cuenta de que la manzana tiene un serio problema de popularidad. Con todo eso de las prohibiciones bíblicas, las discordias y los venenos ocultos, sinceramente, debería cambiar de agente. Para más señas, acabo de descubrir que el nombre científico del manzano es «malus domestica». Si es que le dan por todos lados.
En cambio, otras frutas han sabido buscarse muy bien la vida y acaparan todos los aplausos. Por ejemplo, mirad las fresas, con su mes escaso de trabajo al año (encima al aire libre y disfutando del sol) Cría buena fama y échate a dormir, dicen.
O los melones. ¡Ese sí es un ejemplo clarísimo de éxito!
Total, que ya es hora de corregir esta injusticia. Para limpiar la maltrecha imagen de las manzanas, hoy traigo una receta que os reconciliará no sólo con ellas sino con todo el reino, división, clase, orden, familia, género y especie. Y no exagero.
Creía que había leído todas las recetas posibles de manzanas asadas cuando me encontré con esta delicia de La Creme de la Crumb (pinchad el enlace, no seáis tímidos)
«¿Una tarta de queso dentro de una manzana asada?», os preguntaréis tras pestañear siete veces, incapaces de creer que una receta tan ridículamente fácil, tenga tan buena pinta.
Efectivamente.
Ojo, ¿estas manzanas merecen o no un respeto?
Apetecibles, riquísimas y originales.
Por supuesto, si queréis que un postre goloso sea extra-super-mega goloso, sólo tenéis que utilizar los ingredientes adecuados. Uno de ellos: mascarpone. Si no llegáis a la categoría de extra-super-mega golosos (aunque sé que estáis en ello), os bastará otro tipo de queso en crema.
De cualquier forma, no os dejéis la cobertura de galleta y almendra: es la guinda del pastel.
Ingredientes:
* 6 manzanas maduras pequeñas (yo utilicé variedad Golden)
* 250 gr queso mascarpone
* 1 huevo pequeño
* 25 gr tagatosa (o 55 gr azúcar)
* una pizca de vainilla natural
* 1 galleta tipo Digestive (yo utilicé Digestive «Gullón» sin azúcar)
* un puñado de almendras fileteadas (o avellanas, piñones o nueces de macadamia)
* un par de cucharadas de mermelada de melocotón (yo utilicé «Helios Diet» sin azúcar) o miel
Comenzamos preparando la crema de mascarpone del relleno.
Para ello, mezclaremos el mascarpone, el huevo, el azúcar (o tagatosa) y la vainilla natural, hasta obtener una crema espesa:
Reservamos.
Vaciamos las manzanas intentando no romper la piel (podéis ayudaros de un pelapatatas) y desechamos las pepitas. No vamos a utilizar la pulpa, pero tampoco la desperdiciaremos. Podemos aprovecharla, por ejemplo, para preparar una deliciosa quiche de nueces, bacon y manzana.
Rellenamos el interior de las manzanas con la crema de mascarpone, sin llegar del todo al borde:
Introducimos las manzanas en el horno, precalentado a 180ºC, durante unos 30 minutos.
Mientras tanto, preparamos el crumble mezclando una galleta triturada (yo utilicé Digestive, pero podéis usar cualquier otra) y un puñado de almendras fileteadas con unas cucharadas de mermelada de melocotón caliente (o miel):
En lugar de almendras podéis emplear piñones, avellanas o nueces de macadamia troceadas.
Cuando la crema de mascarpone esté cuajada y la manzana esté tierna pero firme, retiramos la bandeja del horno y espolvoreamos las manzanas con el crumble de galleta y almendras:
Volvemos a introducir la bandeja en el horno y encendemos el gratinador 5 minutos para que el crumble se tueste.
Retiramos las manzanas del horno y, antes de servirlas, las volvemos a espolvorear con unas cucharaditas de galleta molida. Y si os lo podéis permitir, con un buen chorretón de miel.
Si tengo que elegir, las prefiero servidas calientes, aunque también están buenísimas a temperatura ambiente o incluso frías.
Ah, y no olvidéis acompañarlas con una buena cucharada de crema de mascarpone. A mí me sobró bastante cantidad (supongo que porque utilicé manzanas pequeñas), pero resultó ser mejor, porque una de las grandes verdades de la cocina (junto a «nunca hay demasiado queso» y «nunca hay demasiada salsa») es «nunca hay demasiada crema de mascarpone» (o, en una interpretación amplia de la expresión, crema de-lo-que-sea)
Después de esto, espero haber aumentado vuestro interés por la botánica.
Qué bonita es la ciencia (y más si se come)
Tiempo: 20 minutos (preparación) + 30 minutos (horneado)
Dificultad: baja