La cocina y las prisas no son buenas compañeras.
Si andas entre pucheros a todo correr, pueden ocurrir 2 cosas:
1º Que confundas pesos y medidas y el plato que estás preparando te salga un churro (suponiendo que no sean churros lo que quieres preparar… ¿?) Eso suele ser lo más habitual y eso suele acabar invariablemente enterrado en el fondo de la basura junto a parte de tu orgullo.
2º Que, por alguna juguetona casualidad, la mutación de ingredientes, pesos o medidas, dé lugar a una nueva especie gastronómica…
Que queriendo hacer una receta, por equivocación te salga otra decente, ocurre pocas veces (se suele contar que así, por casualidad, un payés inventó los famosos «calçots» braseados)
En este caso, el error fue leer esta receta de biscotti y no darme cuenta de que cuando habla de «mandorle», no son «mandorle» molidas, sino «mandorle» enteras («¡pues claaaaaaaro!»)
Cuando, demasiado tarde, te das cuenta de la confusión («¡aaaaargh!»), dudas entre tirar todo el contenido del recipiente (180 gr harina, 85 gr almendra molida, 55 gr tagatosa y 2 huevos) por el retrete o seguir adelante con mucha dignidad, cruzando los dedos (por si acaso) para que la receta no explote en el horno ni sea la causante de una alerta alimentaria a nivel global.
Y así, de pura carambola, ven la luz estos «carquinyolis», que a punto estuvieron de acabar en el cubo de la basura.
Resultó que las «mandorle» molidas no sólo quedaron bien, quedaron muy bien, y dieron a estos «carquinyolis» una textura ligeramente más tierna y esponjosa (más similar al mazapán) que la de los clásicos «carquinyolis» secos, para los que conviene tener buena dentadura.
Los «carquinyolis» (o «carquinyoles»), como sus hermanos italianos «cantuccini», son unas pastas compuestas de harina, azúcar, huevos y almendras troceadas que se cuecen dos veces en el horno, de ahí su acabado seco y crujiente.
Estas pastas son más duras que una galleta de mantequilla corriente (lo que las hace perfectas para acompañarlas de un café, té o de una bebida espirituosa), pero se pueden morder sin miedo a perder un empaste.
La masa de estas galletas es muy fácil de preparar y a diferencia de las galletas con base de mantequilla, no necesita refrigerado, así es que también es más rápida.
Para que sean auténticos «carquinyolis», debe emplearse almendras crudas con piel, aunque hay muchas variedades que emplean pistachos, nueces e incluso frutas confitadas.
Yo añadí unas pepitas de chocolate blanco que, además de sabor, aportan un agradable aroma a vainilla.
¿Sentís curiosidad por esta receta mutante?
Ingredientes:
* 180 gr harina
* una pizca de levadura química de repostería
* 85 gr almendra molida
* 55 gr tagatosa (o 115 gr azúcar)
* 2 huevos medianos
* 60 gr almendras crudas con piel partidas por la mitad
* 40 gr chocolate blanco troceado (yo utilicé chocolate blanco «Torras» sin azúcar)
Mezclamos todos los ingredientes (menos las almendras crudas y el chocolate) en un recipiente grande, utilizando unas varillas de amasar o las manos, hasta obtener una pasta compacta:
La almendra molida y el huevo darán a la masa una textura similar a la del mazapán, algo granulosa y pegajosa:
Añadimos las almendras crudas con piel partidas por la mitad y el chocolate blanco troceado:
Trabajamos la pasta con las manos hasta que la almendra y el chocolate se integre bien y la volcamos sobre una hoja de papel de horno para darle forma de tronco:
Yo hice un tronco de unos 10 cm ancho, aproximadamente, aunque podéis preparar uno o dos troncos más estrechos y obtendréis unos «carquinyolis» más pequeños:
Introducimos la masa en el horno, a 175ºC, durante unos 30 minutos.
Transcurrido ese tiempo, el tronco estará bastante hecho por fuera pero quizá algo crudo por dentro:
Cuando esté frío, cortamos ligeramente en diagonal rebanadas de unos 2cm de grosor (puede que se desgrane un poco, no importa):
Las colocamos boca arriba sobre la bandeja o papel sulforizado y volvemos a hornearlas unos 10 minutos más a 175ºC, hasta que estén bien doradas:
Las sacamos del horno y dejamos que se enfrien completamente sobre una rejilla.
Para mojar en un café, un vaso de leche o para tomar solas. Espero que os gusten.
Tiempo: 15 minutos (preparación) + 40 minutos (horneado)
Dificultad: baja
Madre mía Helena! Pero qué buena pinta!!!! Me has dejado con la boca abierta!
Una receta que no me pierdo por nada del mundo!
Te han quedado perfectos, enhorabuena!
Un besote!
A mí me encantan los carquinyolis, aunque siempre he comprado los tradicionales porque son los que más gustan a mi padre. Me apunto esta receta que se ve rica y sencilla 🙂
saludos
Muy apetecible, Helena, seguro que están riquísimos, nunca los he hecho pero los tengo en mente.
Me gustan especialmente las fotos de este post, pero la segunda empezando por arriba, me rechifla, una chulada.
biquiños
¡Gracias Isa!
¿Sabes? Últimamente estoy experimentando con tiempos de exposición muy largos (ya ves, no sólo experimento con recetas! X-), de hasta 3″ y 4″ y me está gustando el resultado: las fotos quedan con una nitidez increíble, casi como cuadros hiper-realistas.
+ biquiños!
Súper bons!! i molt ben explicats, amb el pas a pas i tot. A mi també m’agrada fer carquinyolis a casa, de tan en tan!
La verdad es que a veces pasa eso, que un pequeño error nos lleva a una maravilla. No las he hecho nunca, pero cuando me decida seguro que hago estas, me ha parecido una receta riquísima, y si encima dices que no están tan secas como las originales ya no necesito saber más.
Besos
Cristina
Lo que me her reído con la historia de las almendras! Suele pasar con las recetas que a veces nos hacemos un lío y se nos mete en la cabeza que hemos leído un ingrediente que no es. Pero te han quedado geniales esos biscotti que es lo que importa y si además son de los que se pueden comer sin perder un empaste, mejor!
Besos
al Bolet nu daraven ni 5 minuts aquests carquinyolis!!!! T’han quedat de luxe Elena. Petonets
Gràcies Judith, m’alegro que tinguin éxit a Can Bolet! 😀
Petons
Doncs…. a vegades d’una equivocació en resulta una meravella!!!!
Sempre faig els clàssics d’ametlla, però veig que aquesta versió està mooolt bé!
Petons
I tant, Margarida! Els d’ametlla han d’estar bons, però trovo que la xocolata blanca (que porta vainilla) els dóna un gustet i un aroma fantàstics.
Prova’ls sense falta!
Petons
A veces de errores monumentales salen recetas maravillosas algunas de las cuales se han hecho hasta famosas. En este caso nada tiene que envidiar a los biscottes esos que dices. Nunca los he hecho aunque los tengo en mente desde hace tiempo. A ver si me pongo las pilas de una vez que con tanta receta pendiente se me acaba el siglo y no termino.
Me encantan las fotos
Bss
A mí me pasa igual: hay tantas recetas encoladas que una se atasca. Pero estos carquinyolis hace tiempo que quería probarlos y la masa es taaan fácil y rápida de preparar que la harás en un momento.
Anímate! 😉
+B
Pues que maravilla, los he hecho unas cuantas veces. Las fotos preciosas
Bss
Le tengo unas ganas a los carquiñolis y siempre por H o por B lo voy atrasando. Tienen una pinta espectacular. Besos!
Ana
Beautiful biscotti, love the almonds and white chocolate!
Vaya descubrimiento! No las conocía, y ahora conozco dos versiones a cada cual más rica. A veces esos despistes provocados por las prisas nos dan alegrías.
Feliz finde! Bs
Menos mal que te decantaste por seguir dignamente y cruzar los dedos, jeje. Seguro que están bien buenos y, además, no te has de dejar los dientes intentando morderlos 😉
Hola de nuevo:)
Me he hecho adicta a tus recetas!
Me puse esta mañana con esta, y no sé qué ha pasado… La única variación es q puse pistachos en vez de almendras enteras y eche una cucharada de agua de azahar..el caso es q saqué la masa de la kitchen aid para terminar de amasar a mano y estaba super pegajosa, vamos imposible meterla al horno… Salvé la masa y la enrolle como pude y la metí al congelador para que se endurezca..
No se si la meteré en el horno si quiera >_<
Pero bueno, sabes pq puede ser que saliera tan liquida?? Una cuchara de agua de azahar no puedes haber sido no??
En fin menudo chasco-.- muchas gracias de antemano por tu respuesta
Hola Zah,
Tal y como lo describes, parece que la masa estaba demasiado húmeda, cuando en realidad debe tener una textura similar al mazapán: una especie de plastelina dúctil y maleable, aunque también un poquito pegajosa, eso es normal.
¿Añadiste la almendra molida? Quizá utilizaste huevos muy grandes o la cucharada de líquido descompensó las proporciones… Si la repites, mezcla los ingredientes poco a poco para asegurarte de que la masa va ligando (los huevos de uno en uno y el agua de azahar, en todo caso, al final)
Ya me contarás 😉
Pues no lo se… Mi me ha dicho que seguramente haya abusado de maquina y la amasé demasiado
La almendra molida si la eché, lo mismo los,huevos como tu dices, en fin pilarín ya lo,se para la próxima!
Al final la saqué del congelador y corté trocitos pequeños con el cuchillo del pan…que se expandieron en masas amorfas! Las saqué y las dejé enfriar y ya fría las hice rebanaditas….tachaaaaaan! Salió algo parecido a lo tuyo pero en miniatura y la verdad que de sabor bueniiiiiiisimo 🙂 se me ha quitado el disgusto jejeje eso si la siguiente vez haré como dices a ver que tal
Un saludo y gracias de nuevo!!
Pd: El agua de azahar le da un toque buenísimo!!
Es cierto, también puede haber ocurrido eso. Esta masa es muy fácil de preparar a mano mezclando los ingredientes porque en seguida se compacta. Es parecida al mazapán y tiene que adquirir la misma textura.
Prueba así la próxima vez.
Me anoto lo del agua de azahar 😉
Gracias a ti!
Dejaré la kitchen aid aparcada para la próxima 🙂
Segundo intento… Las hice con chocolate negro, pistachos y pasas (añadiendo el chorrito de agua de azahar como,no) esta vez a mano…impresionantes y que fáciles!!! Voy a,tener que hacerlas una vez a la semana 🙂
Zah, te vas a hacer una experta en carquinyolis!
Chocolate negro y pasas es una excelente combinación 😉
Besos