Algo que me pirra de un restaurante italiano del centro de Coruña es que cuando pides pan, te sirven unas tiras de focaccia muy olorosas y tiernas, pelín aceitosas y todavía calentitas.
Cuando «Els Fogons de la Bordeta» y «Xocolata Desfeta» propusieron el calabacín como ingrediente de la «Recepta del 15» del mes de Agosto, estuve dudando entre hacerlos rellenos, preparar una crema o hacer una terrina fría y servirla a modo de paté. Al final me decidí por las versátiles focaccias, primero porque admiten todo tipo de acompañamientos, especialmente verduras, y segundo porque necesitan menos tiempo de horno que los calabacines rellenos, algo que es de agradecer estos días de verano.
Espero que os guste esta sabrosísima focaccia aromatizada con romero y tomillo y cubierta de calabacín y queso de cabra. Tiene todo lo que me gusta en un pan: una miga esponjosa, tierna como la masa de una coca, sabrosa y muy jugosa gracias al queso fundido.
La preparación es casi idéntica a la de una pizza: no requiere masa madre ni boleados o greñados complicados (lo que para mí es un alivio), así es que entra en la agradecida categoría de «panes para dummies«. Con unos pocos pasos muy sencillos obtendréis uno de los panes más completos: 10 en textura, sabor, olor y aspecto.
Como la masa está recubierta no le hice los hoyuelos característicos de las focaccias, aunque siempre se pueden practicar (con la punta de los dedos) antes de añadir el queso.
Tampoco he endulzado la masa (como suele hacerse también con las pizzas) A mí me gusta más el toque salado y perfumado de las especias, pero podéis añadir un cuarto de cucharadita de azúcar al mezclar los ingredientes de la masa.
Ingredientes:
* 375 gr harina de fuerza
* 175 ml agua tibia
* 20 gr levadura fresca
* 75 gr aceite de oliva virgen extra
* media cucharadita de romero seco
* media cucharadita de sal
* medallones de queso de cabra (sin corteza)
* medio calabacín pequeño
* una pizca de tomillo seco
* queso parmesano rallado
* aceite de oliva virgen extra y sal
Preparamos la masa de pan como de costumbre, mezclando la harina, la levadura disuelta en el agua, el aceite, la sal y el romero.
Os aconsejo que peséis siempre el aceite: más de una vez me he llevado una sorpresa con las diferencias entre el vaso medidor y la báscula electrónica.
Amasamos bien con unas varillas de amasar durante unos 4 minutos hasta que se compacte. La masa es bastante húmeda y debe tener un aspecto gomoso y elástico: esto es lo que dará esponjosidad a la focaccia, así es que procurad no añadir más harina de la necesaria. La trabajamos un minuto sobre la mesa (no es necesario toquetearla mucho) y formamos una bolita.
La colocamos en un bol ligeramente engrasado, la tapamos con un paño y la dejamos reposar durante 1 hora a 25ºC (dentro del horno, por ejemplo) hasta que doble su volumen:
Volcamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y la estiramos con ayuda de un rodillo para darle una forma alargada y un grosor mínimo de medio centímetro, aproximadamente.
Con ayuda del rodillo transportamos la masa a una placa o bandeja cubierta de papel de horno y la dejamos leudar tapada con un paño húmedo durante unos 45 minutos (también en el interior del horno, a 25ºC)
Cuando haya subido, la untamos ligeramente con aceite y repartimos el queso de cabra desmenuzado:
Cortamos el calabacín en rodajas, lo más delgadas que podáis (así se cocinarán rápidamente), y las repartimos en hilera sobre la focaccia cubriéndola bien:
La espolveramos con tomillo, una pizca de sal, un poco de queso parmesano rallado y un chorrito de aceite:
La introducimos en el horno precalentado a 210ºC, a media altura, durante 20 minutos o hasta que haya subido y la verdura comience a dorarse.
Inmediatamente después de sacarla del horno, envolvemos la focaccia en un paño durante unos 10 minutos para que el calor reblandezca la corteza y quede más tierna y esponjosa.
Antes de servirla podemos rociarla con un poquito de aceite (a mí me gusta que pringuen 😉 )
Ya veréis qué éxito: es absolutamente irrestible si se toma todavía caliente.
El calabacín queda perfectamente asado al haberse cortado el rodajas delgadas, y el queso de cabra y el parmesano se funden y humedecen la masa de pan.
Este sí es un pan que se come solo. Nosotros nos lo zampamos prácticamente entero para cenar esa misma noche. Es un recurso estupendo para una cena o una comida fuera (sobre todo si estáis cansados de los típicos bocadillos)
Podéis enriquecer la focaccia con más ingredientes, como tomatitos secos deshidratados (yo no tenía a mano y no los puse) o aceitunas negras, que combinan muy bien con el queso y las hierbas aromáticas. También podéis emplear aceite de hierbas (macerado en romero, orégano o tomillo, laurel, pimienta, pimentón dulce o picante y un diente de ajo), en lugar de aceite de oliva corriente.
Enviado a Yeastspotting
Tiempo: 1 hora y 45 minutos (2 leudados) + 20 minutos (horneado)
Dificultad: baja
mmmm m’encanta la foccacia! aquesta amb formatge i carabassí ha de ser boníssima… argg quina gana! me l’apunt a pendents 😉
Petons
Madre mía qué pintaza, acabo de comer y con sólo ver las fotos me he visto babeando 🙂
Que esponjosa te ha quedado la masa, y te ha hinchado muchísimo, qué maravilla.
Un beso
Una pasada…. Preciosa la foto sin hornear con las rodajas de calabacín….. y yo que ayer publique la crema de calabacín y no me acordaba que era para la Recepta del 15! Que cabeza la mía….. Besos
I love focaccia! This is such a pretty bread, Helena!
Què si ens agraden les focaccies? Tan com les teves fotos! jajajaja O sigui que et pots imaginar que moooltíssim! Ets una crack, quina pinta!
Moltes gràcies per participar!
Petonets
Sandra
Gràcies a vosaltres per no tancar per vacances!
Petonets 😉
Por dios que rica y bonita resulta, me llevo tu receta para hacerla. besos
¡Qué rico! Se sale de la pantalla y dan ganas de darle un mordisquillo. Una idea estupenda para comer calabacines.
Besos
Cristina
Gracias Cristina! Las bases de pan son un medio perfecto para comer verduras y cualquier cosa que les pongas encima, verdad? 😉
Besotes
Pero que pinta tiene!! Me la apunto 🙂
Okay, this looks seriously good! And the cheese, mmm.
¡Qué buena esta focaccia!
Dios mío! Esas fotos están diciendo «cómeme, cómeme». Debe estar deliciosa con el tomillo y romero, calabacín y queso de cabra. ¡Qué buena! Besos.
Helena, Soy una fanatica de las focaccias y tu focaccia tiene una pinta deliciosa! Una riquisima combinacion de sabores 🙂 Gorgeous cliks!
Hugs <3
Muchísimas gracias, Aldy! A mí también me encantan las focaccias: son tan aromáticas, sabrosas y fáciles!
Muchos besotes 😉
me encanta tu receta para la recepta del 15, ahí te he conocido, yo también envié una. por cierto enhorabuena, te ha nombrado Pam de Unodedos en directo al paladar!!! bss
Muchísimas gracias, Marga, me alegro que te guste!
Sí, la mención en el «Paseo por la Gastronomía de la Red» de DaP ha sido una sorpresa y todo un honor 😀
Muchos besotes
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Tiene una pinta divina, lo mire por donde lo mire. Ya se me ha antojado, a ver si lo preparo uno de estos días.
Feliz día.
No es la primera vez que paso por el blog, pero pienso volverme en una asidua, me encanta!
Es increible como en principio algo tan senzillo puede tener ese encanto!
Mil gracias!
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