Esta tarta la hice el fin de semana anterior a San Valentín. No por celebrarlo (sinceramente, no nos van esas cosas), sino porque en Navidad me habían regalado este bonito molde en forma de corazón y la ocasión vino que ni pintada. Fue mi primera tarta decorada con manga pastelera y utilizando colorante alimenticio y no resultó tan difícil. Supongo que por eso no ha sido la última…. 😉
Para estas tartas frías conviene tener un molde desmontable. Esta en concreto, como tiene base, no necesita que el molde sea anti-goteo (ya hablaremos de estos moldes en otras entradas).
Ahí os la dejo por si la queréis probar (no hace falta que esperéis al siguiente San Valentín: cualquier ocasión es buena):
Ingredientes para la masa:
* 160gr harina de repostería
* 110gr mantequilla
* 60gr nueces en polvo
* 1 cucharada sopera sacarina líquida (o 60gr de azúcar)
Mezclar y forrar la base y paredes de un molde desmontable. Guardar en la nevera unos 30 min.
Cubrir con papel de aluminio, poner un peso encima y hornear a 170 ºC durante 25 min.
Retirar y dejar enfriar.
Ingredientes para el relleno:
* 80gr coco rallado
* 1 cucharada de sacarina en polvo (o 20gr de azúcar)
* mermelada de fresa o frambuesa (sin azúcar, fructosa ni sorbitol)
Mezclar el coco con el azúcar y espolvorear la base del molde. Cubrirla con una capa de mermelada e introducir en la nevera 1 hora para que enfríe.
Ingredientes para la crema:
* 250gr queso mascarpone
* ralladura y zumo de 1 naranja
* 2 cucharadas soperas sacarina líquida
* 2 yemas
* 2 claras a punto de nieve
Batir los 4 primeros ingredientes y mezclarlo poco a poco con las claras hasta obtener una crema.
Verterla sobre el molde y hornear a 180ºC durante unos 30 min.
Retirar y dejar enfriar.
Ingredientes para decorar:
* 200ml nata para montar (sin azúcar)
* colorante alimenticio (rojo)
* azúcar o sacarina en polvo