Hojaldrines rellenos de setas y crema de cabrales

Estando de mini-vacaciones por Oviedo y Avilés, era inevitable volver a casa con algo de comer en la maleta. Aunque me hubiera traído muchas más cosas (embutidos, conservas, galletitas…), sólo compramos una pieza pequeña de queso con nueces y avellanas (que nos pulimos en 3 días sin vergüenza ni control) y una crema de queso de cabrales versión «suave» (para guiris cobardicas)
Después de pasarte 5 días leyendo cartas de restaurantes que consisten en carne asada, pote asturiano, «picadillo» al cabrales y el famoso «menú del desarme» (garbanzos con bacalao, callos y arroz con leche), se te contagia eso de cocinar platos contundentes.
Por de pronto, tengo muchas ganas de repetir el famoso «picadillo» (una mezcla de carne de cerdo o vacuno y panceta adobados con especias, ajo y vino blanco: eso no puede estar malo, ¿no? 😉 )

Pero de momento he preferido empezar con algo más ligero y sobre todo, muy fácil y rápido de hacer.
Aprovechando la propuesta de la «Recepta del 15» para el mes de Noviembre (dedicado a las setas), he preparado estas buenísimas empanadillas de hojaldre, setas variadas y queso de cabrales:

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

El cabrales es un tipo de queso azul producido en Asturias, de aspecto cremoso y tono verde-azulado. Al igual que el Gorgonzola, el Roquefort o el Stilton, tiene un sabor picante y un olor bastante fuerte. Utilizado en pequeñas cantidades y combinado con otros ingredientes (especialmente en contraste con ingredientes dulces u otro tipo de queso fresco), da un sabor y un aroma delicioso a los platos.
En estas empanadillas, el cabrales se funde y se mezcla con las setas y la cebolla salteadas con un chorrito de jerez y una pizca de romero. Creo que el sabor del queso encaja muy bien con el de las setas.
Me acuerdo de cuando éramos pequeños y en otoño salíamos con mis padres al bosque «a buscar setas» (recuerdo que siempre aparcaban el coche en medio de lo que me parecía la estepa rusa y que seguramente era Collserola) Al final se trataba más de «buscar» que de «encontrar», claro. Por suerte siempre se podía recurrir a los rovellones que vendían en el súper y que mi padre preparaba al horno con una picadita de ajo, perejil y aceite de oliva, ¡mmmmmm!
Yo utilicé shiitake, champiñones y gírgolas, pero podéis emplear una mezcla de níscalos, boletus, rovellones, negrillas… en función de las variedades que encontréis en vuestra zona y de lo que más se ajuste al bolsillo.

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

Es un aperitivo estupendo que se puede dejar listo con antelación y que os va a sorprender por sus matices: picantón, dulzón, jugoso, quebradizo…
Estos hojaldrines van dedicados a los asturianos (incluídos los blogueros a los que sigo): ¡espero que os guste! 😀

Ingredientes (para unas 20 empanadillas, aprox):
* 2 láminas de hojaldre (460 gr)
* 300 gr setas variadas (shiitake, champiñones, rovellones, níscalos…)
* 1 cebolla mediana
* 2 cucharadas soperas de jerez seco
* una pizca de romero seco
* sal y pimienta negra molida
* crema de queso de cabrales suave (o queso de cabrales desmenuzado)
* 1 huevo batido
* semillas de ajonjolí

Comenzamos salteando la cebolla en una sartén con un poco de aceite, hasta que comience a cristalizar:

Añadimos las setas (bien lavadas) cortadas en daditos.
Salpimentamos, añadimos el romero y el jerez seco.
Removemos y dejamos que se frían un par de minutos a fuego medio:

Cuando estén blandas, las retiramos y dejamos que se enfríen (si rellenamos el hojaldre con la mezcla caliente se nos puede deshacer)

Retiramos una masa de hojaldre de la nevera y la estiramos un poco con ayuda del rodillo, para que nos quede una lámina bien fina.
Con ayuda de un cortapastas, recortamos círculos. Yo empleé un cortapastas redondeado de 10cm de diámetro para cerrar los hojaldres a modo de empanadilla, pero podéis ser todo lo creativos que queráis y darles otras formas.
Los recortes sobrantes los volvemos a estirar y reutilizar para hacer más empanadillas.

Repartimos media cucharadita de crema de cabrales en cada círculo:

Repartimos un poquito de relleno de setas y cebolla, bien escurrido:

Doblamos los círculos y formamos empanadillas, sellando los extremos de la masa con las yemas de los dedos ligeramente húmedas.
Practicamos unos cortes con un cuchillo afilado (mejor sin sierra) y pintamos los hojaldres con el huevo batido:

Para decorar, los espolvoreamos con ajonjolí, sésamo, lino o semillas de amapola:

Introducimos la bandeja en el horno, previamente calentado a 210ºC (con función ventilador), durante unos 4 minutos, bajamos la temperatura a 200ºC y los horneamos un par de minutos más o hasta que estén bien dorados y el hojaldre se haya hinchado.

Mientras se hornea una tanda, repetimos la misma operación con la 2ª lámina de hojaldre, hasta que terminemos el relleno.

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

Hojaldres rellenos de setas y crema de cabrales

Como siempre que se trata de masa de hojaldre, lo mejor es degustarla recién hecha, todavía caliente. También puede prepararse con antelación y calentarlos unos minutos en el horno antes de servirlos.
Creo que el relleno está delicioso así tal cual, pero podéis añadir unas cintas de jamón york o fiambre de pavo, o espolvorear las empanadillas con hierbas aromáticas (romero, tomillo, orégano…)
Si sois poco amigos de los quesos azules, dismuid la cantidad de cabrales de las empanadillas, o mezcladlo con un poquito de ricotta o queso en crema para rebajarlo.
De todas formas, os animo a que experimentéis con él. Yo no era especialmente fan de estos quesos de sabor tan fuerte, pero después de probar la empanada de cabrales (buenísima panadería de la calle Jovellanos, en Oviedo), ha subido unos cuantos enteros 🙂

Tiempo: 20 minutos (preparación del relleno) + 10 minutos (horneado)
Dificultad: baja

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